Para viajeros de fin de semana es motivante conocer y gozar del paisaje, pero también edificaciones vestidas de historia. Así cuando uno enrumba al sur de Quito hacia Latacunga, capital de Cotopaxi, tiene al paso varios puntos monumentales, desde los incásicos como San Agustín de Callo hasta los más cercanos a nuestro tiempo, como la monumental construcción de la hacienda Tilipulo, que data de 1769. Allí planificó el mariscal Antonio José de Sucre su ingreso a la batalla final del 24 de Mayo.
Tuvimos oportunidad de hacer un recorrido guiados por Paul García, quien nos hizo una detallada descripción de las características arquitectónicas de la vieja estructura que permanece impasible a través de los siglos.
El Municipio de Latacunga ha puesto empeño en promocionar el turismo; el lugar tiene personal y se entrega información impresa bien editada, que muestra toda la riqueza monumental de la ciudad, incluyendo Tilipulo, casas señoriales, igual que los viejos monasterios que posee Latacunga y que atestiguan la importancia económica y religiosa, desde la época colonial, así como de la fabricación de textiles que se exportaban a Europa, al igual que su producción agrícola.
Esta publicación editada para turistas nacionales y extranjeros muestra además la clásica y apetitosa comida típica, como chugchucaras, tortillas de palo, tamales, hallullas, etc., que incitan al viajero al placer del gourmet andino. Fue una experiencia emotiva recordar y volver a visitar aquella apacible urbe, en la que vimos la primera luz y recordamos sus solitarias calles adoquinadas con andesitas talladas a mano y barridas por la fría brisa del Cotopaxi, pero que hoy son otras, llenas de vehículos y gentes comerciando, mostrándonos que el tiempo pasa y hay cosas que solo viven en el recuerdo, como fue el eco de las voces patriotas que tramaron la Independencia.
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