El estancamiento del país se debe en gran medida, a que es resultado de corrupción palmaria y cero ética y además manipulación permanente que, los diferentes gobiernos de turno hacen a su paso, con la estructura administrativa del Estado, asumiéndola como botín y contribuyendo al fracaso nacional.
Dos ejemplos actuales. Uno en la Dirección de Aviación Civil; la actual directora encargada es una técnica con experiencia y capacitación, funcionaria de carrera, sin embargo, desde el Ministerio de Transporte se agitaron las aguas buscando acomodar algún pana o socio, habitual costumbre en nuestro atribulado país, méritos y experiencia no cuentan, error de la mayoría de gobernantes que tarde o temprano pagan factura.
Igual y sistemáticamente en Petroecuador, donde cualquier politiquillo introduce su gallada con doble efecto, establecer círculos para movidas chuecas y afectar la productividad de la empresa. Al momento, el análisis de un reputado técnico petrolero alerta de una gerencia que condonó deudas a los panas de Halliburton y busca imponer la agenda sugerida por esta contratista, además de reunirse con los lobistas de siempre, continuar con la oscura trama de los combustibles y no dejarse ver de la prensa para explicar algo de lo que no tiene idea.
El país no puede continuar tan precariamente y luego echar la culpa a asalariados y desempleados de todos los males que provocan ellos. Es lógico y obligatorio que la estructura del Estado se mantenga con profesionales de trayectoria transparente y experiencia probada. El país y por tanto sus ciudadanos no pueden estar en riesgo por la ineptitud de la élite gobernante. No es asunto de publicidad superficial y engañosa; recordemos qué pasó cuando el populacho se tomó Petroecuador y cosa similar parece estar pasando actualmente. En lugar de subir producción y bajar costos, vamos camino contrario y con muchas dudas sobre la ética de las acciones.