Hoy, con este artículo, se alcanzan 100 publicaciones en la columna de opinión “Mi terruño”, un espacio de la Asociación de Cotopaxenses Residentes en Quito (ACRQ) dedicado a reflexionar, analizar y proponer soluciones para los desafíos de nuestra provincia y su capital, Latacunga. Para mí, Eduardo Salgado Enríquez, este no es solo un número, sino un testimonio del compromiso con mi tierra y con la búsqueda de un futuro mejor para todos los cotopaxenses, hago realidad mi visión de ”Volvamos la vista a nuestra tierra”
Nada de esto sería posible sin el apoyo de personas fundamentales. Hernán Escudero, con su diligencia y dedicación, se ha asegurado de que cada artículo esté disponible para los lectores, subiendo puntualmente cada publicación. Max Naranjo, con su perspicaz recomendación, ha sido una guía invaluable en este camino. A ellos, mi gratitud profunda, pues han sido pilares en esta travesía.
Cada artículo de “Mi terruño” busca ser más que un relato; es un puente entre el pasado y el presente, una ventana para exponer los problemas que enfrenta Cotopaxi desde una perspectiva creativa y propositiva. Cada texto refleja una parte de la memoria histórica vivida en años pasados en Latacunga, pero también propone soluciones inspiradas en cómo estos mismos desafíos han sido abordados en otras latitudes.
Por supuesto, estas soluciones no se importan de manera literal, sino que se adaptan a nuestra realidad, a nuestro entorno, en un proceso que podríamos llamar “tropicalización”. Sin embargo, en cada palabra está presente la convicción de que los problemas de Cotopaxi debemos resolverlos nosotros mismos, con creatividad, unidad y compromiso.
Escribir 100 artículos no ha sido tarea fácil. Cada día pienso en un nuevo tema, estudio la problemática, leo otros artículos que me sirven como referencia y desarrollo el contenido de manera que pueda generar no solo un texto, sino dos o tres abordajes distintos sobre el mismo tema. Esta labor se nutre también de otros espacios donde escribo, como los artículos más breves que publico en el diario La Gaceta de Latacunga.
El propósito de “Mi terruño” no termina aquí. Este espacio debe seguir siendo una plataforma para el diálogo constructivo, una herramienta para que los cotopaxenses reflexionemos sobre nuestro presente y construyamos juntos un mejor futuro. Espero que esta columna continúe inspirando a más personas, que despierte ideas, movilice voluntades y nos recuerde que, unidos, podemos superar cualquier obstáculo.
Llegar al artículo número 100 es motivo de orgullo, pero también un compromiso renovado. Agradezco a todos los lectores que han acompañado este camino, a quienes han debatido, sugerido y enriquecido las reflexiones aquí presentadas. Juntos hemos construido un espacio valioso para Cotopaxi.