“Las opiniones publicadas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente representan la opinión de la Asociación de Cotopaxenses Residentes en Quito. Todas las opiniones han sido publicadas con la expresa autorización de sus autores.

El año 2008 marcó un hito en mi vida profesional. La oportunidad de trabajar en un proyecto de desarrollo financiado por el Banco Mundial en Costa Rica fue una experiencia que superó cualquier expectativa. Mi tarea consistía en diseñar un modelo econométrico basado en datos de proyectos exitosos en la región, con el objetivo de replicar buenas prácticas en comunidades vulnerables. Este desafío no solo me permitió aplicar mis conocimientos técnicos, sino también conectarme profundamente con la realidad de más de 350 comunidades indígenas de Centroamérica.

Recorrer estas comunidades fue un privilegio. Conocer sus culturas, costumbres y formas de pensar fue una lección de humildad y aprendizaje constante. Cada comunidad era un universo único, lleno de historias, sabiduría ancestral y una resiliencia admirable frente a las adversidades. Este contacto me enseñó que el verdadero desarrollo no se impone, se construye en diálogo con las personas y respetando su contexto.

Fruto de este trabajo, y gracias a los datos recopilados, se diseñó un programa aún más ambicioso en Gambia, África Occidental, financiado por familias estadounidenses comprometidas con resarcir, en parte, el daño histórico causado por la esclavitud. Gambia, una nación pequeña rodeada por Senegal, tiene un simbolismo especial: según Alex Haley, fue el lugar de origen de Kunta Kinte, protagonista de Raíces.

El programa en Gambia abarcó educación, desarrollo económico, salud y nutrición, buscando reducir desigualdades históricas. Ver cómo los aprendizajes de Centroamérica se trasladaban a otro continente reforzó mi convicción de que las fronteras no existen cuando se trata de mejorar vidas.

Este viaje, que comenzó en Costa Rica y terminó en las costas del Atlántico africano, me mostró que el desarrollo humano es una tarea universal. Es un puente que une historias, culturas y continentes, transformando vidas en el proceso.

Compartir publicación