En el mundo de los chistes, a menudo encontramos reflexiones que nos invitan a mirar la realidad desde una perspectiva diferente. Uno de estos chistes cuenta que, al repartir los recursos naturales en el mundo, Dios decidió conceder una mayor cantidad de ellos hacia ciertas regiones. Ante las quejas de aquellos que recibieron menos, la respuesta divina fue: «Claro, pero las personas más pilas están en otras latitudes».
Esta anécdota humorística cobra relevancia al observar la situación de la provincia de Cotopaxi, donde abundan los recursos naturales, pero, paradójicamente, el interés por su desarrollo no es tan notable. Es palpable la presencia de proyectos innovadores como los impulsados por la Fundación Innovaciencia, destacando iniciativas como «Tejiendo Derechos» y «Kawsay Digital». Estos proyectos, centrados en atender necesidades de protección de derechos de la niñez indígena quichua hablante en la zona de Zumbahua, han logrado financiamiento proveniente del exterior.
Resulta curioso notar que, mientras estos emprendimientos reciben apoyo económico del gobierno de Estados Unidos y Australia, instituciones locales en Cotopaxi muestran una menor disposición para respaldar iniciativas similares. Esta situación plantea una reflexión sobre la importancia de reconocer y valorar los recursos disponibles en nuestra propia región, así como el potencial de desarrollo que pueden impulsar.
Es fundamental promover la colaboración y el apoyo mutuo entre las instituciones locales y las iniciativas innovadoras que buscan contribuir al bienestar de la comunidad. Quizás sea momento de despertar el interés y la participación en el desarrollo sostenible de Cotopaxi, aprovechando los recursos naturales con los que cuenta y fomentando un clima propicio para la innovación y el progreso en beneficio de todos sus habitantes.
