Latacunga: Una ciudad dividida por la sombra de la inseguridad

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Los resultados de la encuesta de percepción social del riesgo en Latacunga revelan una realidad compleja y preocupante: la ciudad se encuentra dividida por una línea invisible que separa la sensación de seguridad de la inseguridad. Si bien el deseo de vivir en un entorno tranquilo y protegido es universal, los datos arrojados por el estudio, realizado por el Grupo FARO en el marco del Programa de Ciudades Intermedias Sostenibles de la GIZ, pintan un panorama sombrío.

Más de la mitad de los latacungueños se sienten «medianamente seguros» en su ciudad, una cifra que, aunque podría interpretarse como un signo de cierta tranquilidad, esconde una profunda preocupación. El hecho de que un 35% de la población considere a Latacunga como «poco segura» es una señal de alarma que no puede ser ignorada.

La espacialización de esta percepción dibuja un mapa de la inseguridad en la ciudad. Barrios como 4 Esquinas, El Ejido, La Banda y San Felipe, entre otros, concentran una mayor sensación de inseguridad, formando una franja que atraviesa el norte de Latacunga. Al sur, la situación se repite en barrios como Niágara y Ashpacruz.

Esta realidad contrasta con la percepción de seguridad que se tiene en otros sectores de la ciudad. Barrios como San Agustín, Sur Centro, Rumipamba y El Rosario destacan por una mayor sensación de tranquilidad. Sin embargo, esta aparente calma no puede ocultar la desigualdad y la fragmentación que vive Latacunga.

¿Por qué esta división? Las causas de esta percepción de inseguridad son múltiples y complejas. La falta de oportunidades, la desigualdad social, la falta de inversión en espacios públicos y la ausencia de políticas públicas efectivas son algunos de los factores que contribuyen a esta problemática.

Los resultados de esta encuesta son un llamado a la acción. Las autoridades locales, la sociedad civil y todos los actores involucrados deben trabajar juntos para construir una Latacunga más segura y justa para todos sus habitantes. Es necesario implementar políticas públicas integrales que aborden las causas profundas de la inseguridad, fortalecer la presencia policial, mejorar la iluminación y la vigilancia en los espacios públicos, y fomentar la participación ciudadana.

La seguridad es un derecho fundamental de todos los ciudadanos. Es hora de que Latacunga recupere la tranquilidad y la armonía que la caracterizaron en el pasado.

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