¿Cómo sobrellevaremos el conflicto?

“Las opiniones publicadas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente representan la opinión de la Asociación de Cotopaxenses Residentes en Quito. Todas las opiniones han sido publicadas con la expresa autorización de sus autores.

Por muchos años hemos vivido en paz franciscana. Que somos una isla de paz han catalogado al Ecuador propios y extraños. Un país integrado en su gran mayoría por gente buena, acogedora, “de buenas entrañas”; hemos transitado sin mayores sobresaltos que no sean los normales y cotidianos. Claro está que siempre pasamos por graves problemas de institucionalidad, gobernabilidad, y conflictos sociales, alentados por políticos populistas para mantenerse en el poder.

No supimos valorar el bien que significa la tranquilidad para forjarnos un mejor país, donde las oportunidades sean cada vez mayores. Tampoco ponderamos en su justa dimensión los problemas que pasaron nuestros vecinos que sufrieron profundos problemas de guerrillas, terrorismo brutal, narcotráfico; pensamos que nunca nos iba a pasar cuestiones similares, dada la tradición de los gobernantes de solo mirar el árbol y no el bosque, es decir, ver el mundo, para prevenir que seamos contaminados por estos procesos atroces que causaron muchas muertes y desolación.

Estamos viviendo en un estado de sitio, “regulación jurídica de excepción en virtud de la cual se suspenden parcial y transitoriamente las garantías constitucionales para proteger el orden público de un motín interno o de una agresión exterior o para defender a la sociedad de la acometida de hechos naturales de gravedad” (Rodrigo Borja). Es facultad del presidente de la república declararlo, que supone la limitación de algunas garantías constitucionales, precisamente para poder enfrentar los hechos materia de la declaratoria.

Dicho esto, no podemos vivir en constante miedo. Tampoco podemos permitir que el país se paralice, ni que cunda el pánico individual o colectivo. Para ello, es recomendable que evitemos dar atención o transmitir noticias recibidas a través de las redes sociales, muchas de estas tendenciosas y malintencionadas, de eventos que no se han dado en el país o que pasaron en épocas pasadas. No demos atención a las mismas: informémonos por los canales oficiales o que sean previamente contrastadas. ¡A los violentos solo les interesa causar terror!

Las autoridades del gobierno están actuando en consecuencia, dentro del marco legal adecuado a las circunstancias, para dar seguridad ciudadana y para que las labores diarias, empresariales y personales, retomen su curso normal. El país requiere el esfuerzo y concurso de todos para, en un marco de unidad nacional, ofrecer las condiciones apropiadas para seguir trabajando y contribuyendo a solventar los problemas de fondo que aquejan a la sociedad en su conjunto. Entre las acciones prioritarias está la generación de empleo, y, en este sentido, es urgente la modificación, actualización y modernización de la legislación laboral.

Al miedo se lo combate con tenacidad y carácter de la gente, no dando oído a los pendencieros de la política, adoptando medidas de prevención familiar y empresarial. Este tipo de información tergiversada genera angustia en el lector, de ahí que los medios de comunicación deben ser lo suficientemente responsables, cautos y juiciosos en transmitirlas en sus noticiarios. Atender las recomendaciones oficiales relacionadas con la seguridad son indispensables y vitales, para generar un ambiente de menor ansiedad en la población. Cautela y determinación son la clave para sobrellevar este conflicto.

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