Es una cuestión de permanente preocupación de los usuarios; por lo general, no les satisface las explicaciones que les suelen dar respecto del porqué las tarifas son tan elevadas en el transporte aéreo interno o doméstico. Incluso se menciona que son más caras respecto del servicio de transporte aéreo internacional. Las quejas van también por lo estrictas que son las líneas aéreas para cambio de fechas, del titular, recargos altos, entre otros. Para comenzar, los estados no se hacen eco de las recomendaciones de organismos internacionales (OACI y IATA) para que se abstengan de establecer cargos (impuestos y tasas) innecesarios que afectan a la industria e inciden en el precio final de las tarifas.
Según el manual de reglamentación del transporte aéreo internacional de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), tarifa es “el precio que ha de cobrarse por el transporte de pasajeros, equipaje o carga (excluído el correo) y las condiciones que rigen su disponibilidad”. El precio y las condiciones de la tarifa constan en el documento de transporte o billete de pasaje. El precio está dado considerando todos los costos de operación, cuyo mayor componente es el combustible de aviación hasta el 40%.
En el Ecuador las tarifas son establecidas por las líneas aéreas, por tanto sujetas a las reglas de la libre competencia. Anteriormente era atribución del Consejo Nacional de Aviación Civil fijar las tarifas aéreas basándose en la estructura establecida por la Asociación del Transporte Aéreo Internacional (IATA). De todas maneras, constituía un mecanismo que no aseguraba su cumplimiento debido a que no permitía la libre competencia en el mercado. Estefanía Proaño, experta en economía del transporte aéreo, claramente nos explica que “el precio está fijado principalmente por la oferta y la demanda, sujeta a los costos promedio de operación. Mucha demanda y poca oferta, razón para que suban los precios”.
La autoridad aeronáutica y las turísticas deberían pedir a las líneas aéreas que incrementen sus frecuencias de vuelo -que implica aumentar oferta-, a fin de posibilitar la baja de tarifas incentivando la utilización de este medio de transporte. El gobierno del Brasil – ante similar situación-, acaba de “presionar” a las aerolíneas para que bajen los precios, debido a las quejas de los usuarios. Según Estefanía, “los costos de operación doméstica en Ecuador son particularmente altos respecto a la región debido a la corta distancia entre los puntos. Existe una correlación inversa entre los costos de operación y distancia recorrida: mientras más corta es la distancia se incrementan los costos de mantenimiento por el aumento del número de ciclos del avión (despegue y aterrizaje), generando mantenimiento programados en el fuselaje, motores y trenes de aterrizaje. La manera de ser más eficientes en costos es volando más”.
Si bien comprar con anticipación para viajar con tarifas “accesibles” es una práctica muy utilizada en el transporte aéreo, en el doméstico no es una alternativa significativa, debido a que el usuario regularmente no es proclive a planificar sus viajes, lo que sí sucede con los viajes internacionales, principalmente de turismo. En el servicio doméstico, “a pesar de tener varias tarifas (revenue management), la disponibilidad de tarifas baratas es baja”, a lo que se suma que las condiciones de su utilización son muy restrictivas y penalizadas.
Además, en el mercado doméstico apenas tres días antes del vuelo, el 80% de la demanda compra sus boletos, lo que significa que, sin la cultura de buscar mejores precios con antelación, el usuario está condenado a comprar la tarifa alta. La reciente salida del mercado doméstico de una línea aérea, al reducirse la oferta, impactó en la cuestión tarifaria, por lo que debe atacarse directamente al problema aumentando la oferta (más frecuencias o más competidores) con lo que se incentivará la demanda, y en eso si pueden intervenir las autoridades gubernamentales.