Las ideas libertarias expuestas por Javier Milei le permitieron llegar a la presidencia de la Nación Argentina, superando al candidato oficialista Sergio Massa. El fracaso de los gobiernos populistas, cuya matriz es el peronismo, contribuyeron decididamente para que los argentinos escojan otra opción que les permita salir de la tremenda crisis en la que se encuentra un país otrora ejemplo de progreso y desarrollo. En las primeras décadas del siglo XX, fue uno de los países más ricos y potencia mundial.
Por primera vez en un discurso de posesión -y fuera del hemiciclo legislativo-, el presidente les habló claro a la gente acerca de cómo recibe el país y lo difícil que será poner en ejecución su proyecto para superar la profunda crisis. Este detalle no menor habla de la responsabilidad de quién aspira poner coto a tanto desafuero, incompetencia y corrupción generada por la que llamó “la casta”, representada por aquellos políticos que lo han llevado a este gran país a la ruina.
Al decir “no hay alternativa posible al ajuste”, que “no hay plata”, está anunciando con total valor y franqueza que vendrán días difíciles, por el cambio que vendrá en la dirección económica, en cuyo escenario los argentinos deberán comprender que no hay otra opción posible y que, al final del túnel, habrá una luz de esperanza por días mejores para un pueblo maltratado, y sobre todo, engañado por tantos y largos años, haciéndoles creer que el asistencialismo es la panacea para todos los males sociales.
Uno de los ejemplos patéticos del estado interventor es mantener tozudamente una aerolínea cuya deficiente operación, le genera millonarios gastos operativos al estado, a pesar de un proteccionismo enfermizo: Aerolíneas Argentinas es el caso más emblemático del populismo, bajo el pretexto de mantener la “aerolínea de bandera”, representativa del derroche en contra de la nación. Y lo más curioso es que, trás el anuncio de Milei en el sentido de que les entregará a los empleados para que la administren, aparecieron los consiguientes cuestionamientos.
No le será fácil al nuevo presidente llevar a cabo su propuesta, pues sabemos que afectará a los beneficiarios de un sistema perverso que empobreció a la gente. Y serán los sindicatos, la poderosa Confederación General del Trabajo (CGT) y otros grupos de presión, los que harán todo lo posible para evitar el cambio, que se resume “en un Nuevo Contrato Social”, cuyas instituciones fundamentales lo constituyen: “la propiedad privada, los mercados libres de intervención estatal, la libre competencia, la división del trabajo y la cooperación social”.
El cambio no va a ser fácil dijo y reafirmó que “100 años de fracasos no se deshacen en un día. Pero un día se empieza y ese día es hoy”. Su determinación y coherencia de propósitos, exhibida durante el tiempo que se desempeñó de congresista y luego en la campaña, le otorga la fortaleza necesaria para afrontar el reto. Ese es el tremendo desafío del presidente Milei que requerirá el apoyo de la sociedad civil argentina, de los organismos internacionales, de países que defienden sus mismos principios, y, en fin, de aquellos que coinciden con los valores de la libertad.