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Con ocasión de celebrar el centenario de creación de la Cruz Roja Cotopaxi, el pasado lunes 13 de mayo, la Junta Provincial presidida por la Sra. Victoria Albán Torres, ha impulsado varios actos conmemorativos por tal hecho histórico. Entre los que destacan reconocimientos a quienes han ostentado la presidencia de ésta importante Institución. En una de las placas, se rinde homenaje póstumo al Dr. Marco Tulio Varea

Quevedo, «por su labor humanitaria e invaluable dedicación al cumplimiento de la misión institucional al haber ocupado el cargo de Presidente de Cruz Roja Cotopaxi, dejando un gran legado de servicio a las futuras generaciones de voluntarios».

Muy merecido este tipo de actos que, al tiempo de ennoblecer y enaltecer a personas que han servido con honor, solvencia y desinterés, permite a la gente conocer la labor que realiza la Cruz Roja en beneficio de la ciudadanía. Es plausible que se produzcan estos muy justos homenajes a las personalidades que bien lo merecen. Las nuevas generaciones tienen el derecho a saber que existen, en el acervo intelectual, cultural y de ciencias en la ciudad de Latacunga, personas valiosas que contribuyeron, con su inteligencia y sapiencia, a enarbolar los valores de integridad, solidaridad y servicio a la comunidad, como es el caso del Dr. Marco Tulio Varea Quevedo, Médico y Botánico.

El lema de la Cruz Roja Internacional es «mantener viva la humanidad alrededor del mundo». El humanista y precursor de la Cruz Roja (1828 – 1910), Henry Dunant, supo decir: «entendamos que si nos tratamos como hermanos, el mundo entero será nuestra familia».  El 8 de mayo de cada año se celebra el día mundial de la Cruz Roja en conmemoración del nacimiento de su fundador. Se le reconoce a esta institución, como «la red humanitaria más grande del mundo», al estar presente en todas latitudes del orbe con su labor de excepción.

Además de desempeñar importantes funciones públicas, el Dr. Marco Tulio Varea Quevedo fue un hombre de ciencia: publicó en octubre de 1922, su libro «Botánica Médica Nacional». Mi padre, Dr. Trajano Naranjo Jácome, en su artículo titulado «Sobre botánica médica», publicado en el diario El Comercio de Quito, en diciembre de 1981, le distinguió como «auténtico valor de la inteligencia y de la ciencia, (…) honró la cátedra de Ciencias Naturales y el rectorado del prestigioso y centenario instituto educativo «Vicente León», de esta su tierra, durante muchos años. De claro y lúcido talento, procuró orientar a la juventud hacia la armonía, el estudio y el trabajo, señalándole, a la vez, el sendero que debía recorrer para el bien de la patria y de la ciencia».

Expresamos nuestra felicitación a la Cruz Roja de Cotopaxi por su centenario de vida, a la señora Victoria Albán Torres, por su acertada iniciativa y a todos quienes laboran en esta nobilísima Entidad que contribuye eficazmente al cumplimiento de sus nobles, fieles y fraternos objetivos; y, por supuesto, a todos y cada uno de los descendientes del Dr. Marco Tulio Varea Quevedo, por este muy merecido reconocimiento, expresión de la nobleza que caracteriza a los leales latacungueños y cotopaxenses.

Publicado en La Gaceta el 24 de mayo de 2024. Link no disponible.

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