La narración que en adelante se leerá, fue publicada en dos obras genealógicas del Dr Fernando Jurado Noboa, y refiere a un anecdotico episodio de la historia social de Latacunga, quizá en la primera década del siglo XX, disfrutemosla.
El Concejo Municipal de Latacunga, a inicios del citado siglo, habría logrado rescatar, de las pocas cosas quizá antiguas que quedaban, un león labrado en piedra, que fue colocado sobre una columna, en la mitad de la antigua plaza mayor, cuando ya se iniciaba la construcción del hoy parque Vicente León.
Dicha escultura, estaba trabajada de tal manera que, el león tenía alzada la cola, azotandose uno de los flancos, dejando ver así una exuberante genitalidad.
El Concejo habría dispuesto que el animal sea colocado mirando hacia el Oriente, es decir hacia el Palacio Municipal, quedando por tanto su parte posterior con vistas a la Gobernación y a la casa de la familia Vasconez Cuvi.
No bien se enteró el dueño de casa, Dr. Pablo Vasconez Velasco de esto, escribió una queja al Cabildo, manifestando que aquello era una indecencia y que sus hijas no podían salir al balcón, pues lo primero que estaba a la vista era aquella exuberante genitalidad del animal.
El Cabildo ordenó entonces que se le ponga al león con la vista hacia el occidente. Una semana más tarde, la familia Cuvi, que vivía al lado opuesto (hoy Cooperativa «Cacpeco»), elevó una enérgica protesta, con similares argumentos que la familia Vasconez.
Se le colocó entonces al león con la vista hacia el sur y enseguida se opuso la familia Coronel, cuya casa quedaba a la vista de la posterioridad del animal (hoy casa de la familia Sansur).
Determinaron entonces los concejales, que el león mirara hacia el norte, pero no hubo remedio, pues el domingo siguiente, desde el púlpito, el párroco de la Matriz, manifestó que era una verdadera insolencia y un ataque a la Eucaristía, el que las intimidades del león estuvieran mirando al templo.
Dicha escultura, habría sido destinada finalmente, a un rincón del colegio Vicente León, de dónde desapareció años más tarde.
Está narración fue comentada al citado Dr. Jurado, por el notable y recordado latacungueño Gustavo Iturralde Parreño.
Hace pocos años, quién estás letras suscribe, tuvo noticia de que dicho león se encontraba en Quito, en una bodega de una familia de origen latacungueño, asunto que no pude comprobarlo, por ello, no podría indicar más detalles, que comprobarían tal versión.
Además, tampoco se ha podido comprobar, que este león, sea aquel al cual todos los «vecinos» del centro latacungueño de hace más de 100 años, pidieron su reubicación, tan solo porque su genitalidad estaba a la vista de todos y todas jajajaja.
Años después, el 10 de agosto de 1925, en el centro del parque central, se inauguró el gran monumento al filantropo Dr. Vicente León y Argüelles.
Salió el un león y fue ubicado otro, sin duda, el más importante de todos los latacungueños de la historia.
Con saludos especiales
Paul García Lanas