La Liga de Quito, en el corazón de muchísimos ecuatorianos, y en el mío propio.
El fútbol no es una disciplina a la cual le sigo con regularidad y fanatismo.
El baloncesto se acerca mucho más, a mi cultura general, por varias razones, especialmente por la importantísima carrera deportiva de mi padre, que formó parte de varios equipos, entre ellos, la misma Liga de Quito, selección del Ecuador y demás.
No conozco de otro latacungueño, que haya conseguido los logros deportivos de Carlos García Cajiao, a nivel nacional e internacional.
Pero el punto tiene que ver con LDU, que hoy por hoy, yo considero es el mejor equipo de la historia del fútbol ecuatoriano, y me refiero a sus logros nacionales y especialmente internacionales, pues cinco estrellas doradas, que yo conozca, no lo ha logrado ningún otro equipo.
En este país, hay regionalismo hasta en el deporte, es una lamentable verdad, pero ayer Liga fue Ecuador, no fue Sierra o Costa, no, Liga fue y es lo que somos como país: honra, disciplina, representatividad, rigurosidad, trabajo y ante todo, garra.
Mi filiación inició cuando supe que mi padre fue parte del equipo de Liga, que jugó la Olimpiada Mundial Universitaria en Budapest en 1954, y no solo que jugó, sino además fue en calidad de Vicepresidente de Liga Deportiva Universitaria.
Esa es una historia en detalle, que ha sido publicada, no solo por Jorge Rivadeneira Araujo, sino además en la obra por los 100 años de Liga.
Es entonces, que los lectores comprenderán mi acercamiento a Liga.
Hoy, por hoy, Liga, es ejemplo de un proceso, que viene de años, que deberían seguir otros equipos, y no solo de fútbol, sino de otras disciplinas.
Bien por Liga, bien por el país, ahora el héroe es el arquero Domínguez, que se lleva la estrella dorada en su corazón.
Queremos en el país muchos Domínguez, que llenen las canchas desde niños, y nos llenen de gloria a un Ecuador que requiere de buenas noticias.
Con afecto
Paul García Lanas