Hoy que se viven tiempos difíciles, un abrazo es más necesario de lo que mucha puede creer.
Es una demostración de afecto, de cariño y respeto, además de otras aplicaciones, tradiciones, costumbres y legalidades además.
Hay el llamado «abrazo de Judas», aquel que abraza a un buen amigo, fingiendo un amor, que no siente y que intenta secretamente perderle.
«Darse el último abrazo»: despedirse dos personas, pensando no verse más.
«Abrazar una escuela, una religión, un partido»: es sentir cariño por una idea, religión, escuela o partido y hacerse defensor y partidario de aquellos.
«Abrazar la Cruz»: es sufrir, soportar con paciencia los disgustos y calamidades, someterse a la voluntad de Dios.
En el tema de «Liturgia» específicamente, el abrazo ritual se limita a las ceremonias de la misa y de las profesiones religiosas, por ejemplo, en la primera, consiste en el beso de paz que el diácono da al subdiacono después de haberlo recibido del celebrate a continuación del «Agnus Dei».
La práctica de los abrazos dentro del Cristianismo descansa en la frecuente recomendación que Jesucristo hace de ellos entre los fieles amigos y enemigos, muy conforme con el espíritu de paz que el Salvador venía a traer al mundo.
La bibliografía específica, tiene muchos pasajes en que se recomienda el espíritu de paz, y en todas las épocas de la historia eclesiástica, como en todos los aspectos de la vida individual y colectiva, el símbolo de fraternidad de los espíritus ha sido el abrazo.
Hay, entre otros, muchos cuadros pintados sobre este tema, uno recomiendo admirarlo, y es el que pintó el Greco «Cristo abrazado a la Cruz», otro es del gran Murillo, genialmente pintado y dónde admiramos el abrazo de Jesús a San Francisco.
En fin, el abrazo es sinónimo de afecto, pero también de condolencia cuando abrazamos a quien ha perdido un familiar o un amigo, o quizá una mascota, también luego de un fenómeno de la naturaleza y hemos perdido algo material, como producto de un sismo, erupcion volcánica, crecientes varias etc., allí es cuando el abrazo resulta confortante y muy, muy afectivo.
Pero hay abrazos simbólicos y que representan hermandad, como es el caso de los masones, veamos un poco de lo mencionado.
El abrazo en los masones, es una muestra de afecto que se dan recíprocamente los masones en ciertos grados; en el acto de iniciación de un profano, el Venerable le abraza tres veces, dándole el título de hermano. El «abrazo fraternal», dado de cierta manera y acompañado de determinados signos o palabras, sirve para reconocerse los masones de diferentes grados y ritos.
Finalmente, hay que recordar aquello de «Abrazar en conjunto», es sinónimo de abarcar muchas cosas a la vez.
El término «Abrazar» lo podemos encontrar en temas tan diversos como arquitectura, como cuando «entrelazan alrededor de una columna las ramas de palmera, de laurel y hojas de vid».
En los blasones, en las ordenes de caballería, en esta última se expresaba al mismo tiempo en Francia: «en el nombre de Dios, de San Miguel y de San Jorge, yo te hago caballero».
Eso de «Abrazarse al muslo, a las plantas de alguien», se decía a la acción de abrazar el muslo, los pies de alguno en prueba de profunda sumisión, e inferioridad.
Y no olvidemos que Abrazarse equivale a entrelazarse, reunirse, juntarse de modo que sólo se forme un todo.
Así que, si va a abrazar un muslo, que no sea en sinónimo de sumisión e inferioridad, que sea el inicio de una acción de amor, con final feliz jajajajaja
Les envío un fuerte abrazo
Paul García Lanas