En los 60 años de la Asociación de Cotopaxenses Residentes en Quito 1965 – 2025

“Las opiniones publicadas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente representan la opinión de la Asociación de Cotopaxenses Residentes en Quito. Todas las opiniones han sido publicadas con la expresa autorización de sus autores.

Los Cotopaxenses y en especial los Latacungueños, de quienes el suscrito podría dar mayor razón, siempre han tenido un espíritu de unidad en favor del desarrollo de sus pueblos.

Las muestras de unidad, filantropía y hospitalidad se han evidenciado durante siglos y los ejemplos son varios realmente, la cercanía a Quito como centro de la política administrativa de la Real Audiencia y el país desde 1830, ha sido vital para tener ejes de unión entre nuestros conciudadanos, pues en varias urbes, se han formado grupos de cotopaxenses para emprender en planes y programas de desarrollo y progreso de la vieja tierra de Tacunga.

Nos hemos unido en favor de la Libertad, en los duros tiempos de la Independencia, con heroínas y próceres de gran significación, una muestra es la presencia de los cotopaxenses en los preparativos de la Batalla de Pichincha en 1822, donde el Mariscal Sucre, con apenas 27 años, fue el gran estratega, y donde se hospedaron por 11 días más de 2,500 patriotas, y allí cuando Latacunga abrió sus puertas a todos los héroes y les dieron significativas atenciones, para solventar alimentación, salud, pertrechos, vestido, pascanas y demás. Ochenta cotopaxenses se juntaron a Sucre para la gran Batalla de la Libertad. Eso fue, sin duda un ejemplo de unidad y hospitalidad.

Cuando llegamos a la época republicana y se fundó el Colegio “Vicente León”, los ejercicios de unidad fueron muchos, uno de ellos se dio para formar Comités para el financiamiento del monumento al filántropo Dr. Vicente León, asunto que perduró aún más, a inicios del siglo XX, cuando grupos de universitarios cotopaxenses se juntaron para “armar” proyectos ejecutables y poder conseguir los fondos para que se haga realidad dicho conjunto escultórico, que desde 1839 se lo pensó levantar y se hizo realidad en 1925.

Muchos coterráneos residentes en Quito, especialmente estudiantes primero, y luego profesionales, conformaron grupos para fundar pequeñas instituciones culturales y deportivas, como equipos de futbol que jugaron en Quito y que muchos de ellos fueron los fundadores de Federación Deportiva de León en 1930 y cinco años antes, en 1925, el Cotopaxi Tennis Club. Un año antes se fundó la Cruz Roja de Cotopaxi, donde se unieron los talentos de los Señores Doctores Isidro Ayora Cueva y Marco Tulio Varea Quevedo (Primer Presidente).

En Latacunga fueron permanentes las instituciones católicas de apoyo social, donde damas y caballeros, se juntaron para emprender acciones,     que las realizaron con instituciones educativas como las Bethlemitas, Marianistas, Lasallanos  y grupos gremiales de artesanos.

Los “vicentinos” de siempre, fueron vitales en la agrupación de cotopaxenses en varias ciudades, en Guayaquil hasta se llegó a formar una agrupación de salcedenses en favor de la vía Salcedo – Tena, en fin, los ejemplos no concluyen. En la mitad del siglo XX, vale recordar que se formó un Comité de Recepción en Latacunga a Cardenal Carlos María de la Torre, quien nos visitó, y la gran latacungueña María Elvira Campi de Yoder, fue, a nombre de las Damas Residentes en Quito, quien intervino en una ceremonia solemne en el Palacio Municipal de nuestra ciudad, allí fue homenajeado dicho Cardenal, en un agradecimiento que Latacunga le mereció, por un gesto de filantropía de dicho religioso, hacia la ventaja de obtener aguas de regadío en un sector rural norte de la ciudad, en terrenos que habrían sido de su familia.

Algunos estudiantes de Medicina, Leyes, Artes, etc., coterráneos nuestros, forjaron varios grupos, junto a profesionales de dichas ramas, para mejorar sus condiciones de estudio y profesión en Quito, pues hay que saber que la Municipalidad de Latacunga, fue una de las instituciones que financió la Ciudadela Universitaria, de la Universidad Central, con cinco mil sucres, era 1952; recordemos además que para aquellos años, en dicho centro de estudios universitarios, se evidenciaban 132 alumnos cotopaxenses en varias carreras, como Derecho, Medicina y en el Conservatorio de Música, además. Muchos alumnos de nuestra provincia en centros de estudios universitarios (algunos fuera del país), se beneficiaron por las cecas que les condecía el Municipio de Latacunga.

Como vemos, el espíritu de ayuda, filantropía y amor a la Patria Chica, es digno de resaltar. Por ello, el listado de filántropos (as) es enorme en la historia de Cotopaxi, donde mujeres y hombres han entregado lo más valioso de sus vidas para mejorar el nivel de vida de muchos conciudadanos de orígenes sociales muy diversos, las actividades más favorecidas han sido la educación y la salud.

No hay que olvidar en estas dos ramas de la vida, a la educación con Vicente León y la salud con las hermanas Ana y Mercedes Páez, como significativos ejemplos, realmente los nombres son numerosos y los ejemplos a seguir de igual manera.

Es por eso y más, que para 1959 se forma en Quito, el “Club Femenino Cotopaxi”, estructurado por lo más relevante de nuestras damas, que tenían origen o relación con la provincia, pues muchas de ellas nacieron aquí y otras fueron conyugues de cotopaxenses. Y la primera dama que presidió dicho Club fue la Señora Doña Leonor Vásconez Cuvi de Maldonado Toledo, hija del gran latacungueño Dr. Pablo Alberto Vásconez Velasco (Ex Ministro de Estado y demás) y hermana -entre otros- de los destacados ciudadanos Victoria y Eduardo Vásconez Cuvi, dos ejemplos de talento e intelectual.

El accionar de dichas damas en favor de los más necesitados fue enorme y evidenciado por todos quienes estaban relacionados con la provincia y su capital. Mis sinceras felicitaciones a aquellas que estuvieron al frente de dicha institución, hoy en la dama Señora Susana Naranjo Carrillo viuda de Barriga Berrazueta.

Los años y las acciones han sido muchos y muy valiosos. Y esos ejemplos motivaron para que en 1965, se forme la “Asociación de Cotopaxenses Residentes en Quito”, que fue presidida inicialmente por aquel caballero, Señor Don Nicolás Augusto Maldonado Toledo, esposo de la dama ya mencionada. Basta dar lectura de los Señores que formaron parte de la primera Directiva (la nómina se publicó en la obra conmemorativa cincuentenaria de la ACRQ, en 2015, página 17) para darnos cuenta clara de la “arcilla humana” de aquellos que iniciaron una labor de verdadera filantropía, para superar los problemas que muchos de nuestros coterráneos mantenían, por razones de salud especialmente, y que eran amparados en instituciones como el Asilo “Estupiñán” y otras más.

Luego en Latacunga, desde 1968, se fundó el Patronato Municipal, gracias a la iniciativa del entonces Alcalde Señor Luigi Ripalda Bonilla y donde su esposa, la Señora Doña Eugenia Quevedo Varea, fue la primera Presidenta.

Una labor “callada” pero de gran significación ha sido la de la Asociación en estas seis décadas, pues no hace falta hacer pública una ayuda, que es una obligación entre gente de tanta nobleza de nacimiento y corazón.

Actualmente esta institución filantrópica se encuentra dirigida por la dama, Señora Adriana Lanas Cajiao, quien sabrá demostrar su gran corazón y su espléndida forma de ser y actuar, con el ejemplo de sus antecesores dirigentes, y claro, junto a un Directorio que igualmente seguirá los pasos de la Asociación, como un ejemplo de vida en seis décadas de enorme connotación de ayuda social.

Esta narración histórica y contemporánea, es un pequeño homenaje a los (y las) grandes de Cotopaxi, que han demostrado superioridad en humanismo y filantropía. Por ello, agradezco al amigo, Señor Hernán Escudero Ramos, quien me honró con invitarme a escribir estas líneas, que las he labrado con humildad y orgullo de saber de dónde vengo: de una provincia digna, hidalga y luchadora, pues conozco de sobra sus acciones en varios siglos de historia social, con demostraciones dignas de ser resaltadas, como las que han venido realizando, las damas y caballeros de esta institución, que está de cumpleaños y que ingresa en poco tiempo a la “tercera edad”, para seguir entregando consejos y ejecuciones, de trabajo social y apoyo a los más necesitados, de seguro el Ser Supremo sabrá premiarlos.

Latacunga mayo, 2025

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