“Las opiniones publicadas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente representan la opinión de la Asociación de Cotopaxenses Residentes en Quito. Todas las opiniones han sido publicadas con la expresa autorización de sus autores.

Dejar, irse, permanecer, vocablos contrapuestos, sin embargo, cuando alguien muy apreciado parte rumbo al Universo, dejando su estado temporal, en unos casos el recuerdo se esfuma en la mente de quienes lo trataron y conocieron. Sin embargo, cuando el obrar es claro, coherente, con principios, el “ser trasciende” en el tiempo y se reproduce en las mentes de quienes lo conocieron y fueron sus amigos. Entonces, lo esencial, el “concepto” se mantiene, permanece y se reitera en quienes disfrutaron y compartieron esas vivencias.

Leonardo Barriga López partió en su viaje final, dejándonos el pesar de su ausencia pero la alegría de sus obras y acciones, cotopaxense comprometido con la cultura y la verdad. Desarrolló una fructífera obra en pro de la cultura en general y para su provincia Cotopaxi, donde actuó en diferentes ámbitos y posiciones para luego ir por el mundo como diplomático, propiciando el conocimiento del país, a través de las expresiones de nuestra cultura.

Doctorado en Derecho y catedrático universitario, Leonardo es de las personas que no se olvidan, permanecen en el espacio-tiempo y en el enjambre neuronal de quienes tuvimos la suerte de tratarlo. Dejó sus experiencias y proyectos en muchos de sus alumnos y siempre tuvo impulso para ir más allá en el conocimiento y compartirlo con todos.

En Latacunga comenzó sus inquietudes culturales y acciones creativas, presidió la Casa de la Cultura de esa ciudad, también fue miembro de la Academia Nacional de Historia, siempre activo en las artes y también en la buena política, con la visión de aportar siempre más. Su permanencia está en la gente que lo trato y apreció como en los libros que escribió.

Nos cabe el honor de haber sido su amigo en el más amplio sentido de la palabra, donde la lealtad y el afecto son sólidos y desinteresados, dejándonos la dulce sensación de haber compartido horas de tertulia, de mucha sabiduría vertida sin egoísmo alguno. Gente así necesita multiplicarse en el país.

https://www.lahora.com.ec/columnistasnacionales/Partir-con-honor-20251009-0033.html

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