Llegamos a la cumbre del odio y la intriga en esta corte andina, imposible entender cómo la autodestrucción nos devora, convertidos en jungla de pasiones y ambiciones donde actos camuflados de legalidad permiten a un audaz y desconocido individuo, en busca de réditos publicitarios, lanzar un ataque contra el Alcalde de la capital, Pabel Muñoz, pretendiendo su salida por un tema juzgado. Se ve el oportunismo político de jueces electorales al admitir la falaz petición.
El periodismo tiene obligación de mostrar la verdad a la capital, que con los anteriores alcaldes estuvo pasmada. Hoy el área metropolitana está recuperándose con entereza por gestión del Concejo Metropolitano y su principal, que asumieron su rol de servicio a la ciudad. Conozco la urbe en toda su extensión y he vivido en varios puntos de ella por varios años. Es enorme el desafío que tiene esta administración, sin embargo, el Alcalde con todos sus funcionarios lo está logrando.
Aunque hubiese causales –que no las hay–, la gran mayoría de quiteños no está de acuerdo con semejante felonía. Conocer la magnitud de la gran capital y constatar las soluciones que se han ido logrando con pasos certeros alegra y entusiasma, porque queremos a nuestra ciudad.
El hecho más notable de esta administración es promover la identidad y el empoderamiento de sus habitantes y motivarlos para que asuman su rol de ciudadanos, darles pertenencia, crear empatía con sus calles, monumentos y jardines y hacernos sentir parte de una hermosa capital repartida en las amplias rugosidades andinas del territorio, trabajo complejo que merece todo el respaldo de sus habitantes y el desprecio para “clientes y jueces manipuladores del derecho”. Arruinar este trabajo exige el rechazo implacable de sus habitantes contra quienes intentan arruinar una comprometida gestión, luego de tantos fracasos.