ELECCIONES Y “ELECCIONES” EN EL ECUADOR 

“Las opiniones publicadas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente representan la opinión de la Asociación de Cotopaxenses Residentes en Quito. Todas las opiniones han sido publicadas con la expresa autorización de sus autores.

Refrescar la memoria histórica -en este caso- con temas electorales, nos ayudará a mejorar nuestra cultura política, por ello, creo pertinente entregar esta recopilación, producto de las buenas lecturas, de una cultura general que nos educa y nos deleita. Les invito a compartir a sus familiares y amigos este espacio de historia republicana del Ecuador. 


El tema electoral en un país como el nuestro, es realmente complejo, sin embargo esta breve recopilación nos empuja a conocerlo algo mejor, en una historia que parte desde que el “voto popular” da sus inicios hasta nuestra contemporaneidad (2017 por lo pronto), con candidatos, cifras, porcentajes y algo más, como aquello de como nos fue a los Cotopaxenses en las elecciones presidenciales en 69 años; para todo esto, se han tomado como fuentes de consulta algunas obras, como la de los escritores e intelectuales Manuel Castro Murillo, Patricio Quevedo Terán y Pedro Velasco Espinosa, titulada “Encuentros actuales con la historia” que es el reflejo de un trabajo prolijo y con muchas anécdotas acerca de nuestra historia republicana, se han revisado textos obtenidos por los intelectuales Simón Espinosa Cordero, Eduardo Muñoz Borrero, Alfredo Pareja Diezcanseco, además la publicación oficial del Consejo Nacional Electoral “Elecciones Presidenciales del Ecuador 1948-2017 y otros autores más, para que los lectores se ilustren acerca de la “limpieza” de algunas elecciones, especialmente presidenciales. Vamos entonces con el tema en mención. 

La revisión de los resultados electorales desde el inicio de la República hasta buena parte del siglo XX demuestra, sin posibilidad de equivocación, que el pueblo, en su expresión de manifestación de la voluntad soberana, no fue el protagonista en los eventos electorales, todos ellos perpetrados desde las llamadas “esferas del Poder” o guiados por hábiles grupos de influjo económico o social, o por clubes electoreros. 

Según el citado Espinosa Cordero, Jerónimo Carrión habría sido el primer “candidato” que ganó la Presidencia con “votación popular” en 1865, obtuvo 21.733 votos, contra los 8.211 votos de su contrincante Manuel Gómez de la Torre. Dicho sea de paso, la Primera Constitución que se puso en consideración del pueblo, por plebiscito fue la llamada “Carta Negra” en julio de 1869, se obtuvieron 13.640 votos por el SI y 514 por el NO, en el gobierno de García Moreno, quien en 1875, obtuvo 22.726 votos (sin contrincante alguno). 

Asesinado García Moreno, luego de la sucesión respectiva, se dieron elecciones, entre el 17 y 20 de octubre del año 1875, allí Borrero obtuvo 38.637 votos. En 1888, Flores Jijón obtuvo 30 mil votos y nada más. Poco antes de la Revolución Liberal, las elecciones de 1892, se dieron entre el 10 y 13 de enero, los resultados se conocieron el 8 de febrero, allí triunfa Luis Cordero Crespo con 36.357 votos, contra los 26.321 de Camilo Ponce Ortiz. 

Patricio Quevedo indica que, desde el Ministerio de Gobierno, casi siempre con un titular brillante, “se ponían y se quitaban presidentes”, bajo la batuta del Jefe de Estado, del Dictador de turno o del Encargado del Poder Ejecutivo. Sostener lo contrario equivaldría a la negación de la evidencia. 

En las publicaciones del Tribunal Supremo Electoral constan 6 candidatos con la calificación de “oficiales”: Antonio Flores Jijón (1888), Lizardo García (1904), Emilio Estrada (1911), Alfredo Baquerizo Moreno (1916), José Luis Tamayo (1920) y Gonzalo Córdova Rivera (1924). Súmese a esto –aunque no lo diga el Tribunal Supremo- que los candidatos Francisco Robles (1856), Jerónimo Carrión (1865) y Javier Espinosa Espinosa –el primer Presidente quiteño- (1868), no gozaron del apoyo popular. Adicionalmente, el juicio de la historia ha consagrado que las elecciones de 1932 y 1940 fueron fraudulentas. En buen romance, 11 candidatos “oficiales” en 26 elecciones presidenciales directas o sea en el 42,30% de ellas. Y todos los candidatos “oficiales” resultaron los ungidos con la Presidencia de la República. 

Cómo explicar que Leónidas Plaza Gutiérrez (1901), Lizardo García (1904) y el mismo Leonidas Plaza (1912) tengas más votos en su respectiva elección que todos los candidatos juntos en 1931 o que Juan de Dios Martínez Mera en 1932, o Velasco Ibarra en 1933, o Arroyo del Río en 1940. Recordemos nada más que en lo político se evidenciaron 21 “Presidentes” entre 1929 y 1947. De estos, se dieron 7 Constitucionales, que no concluyeron el período, un Constitucional Interino, un presidente electo que no llegó a gobernar, 9 Encargados del Poder, dos Jefes Supremos y un Dictador. 

En las elecciones de la administración del Gral. Plaza Gutiérrez inclusive se acusó de que la tropa sufragó hasta en cuatro ocasiones, Plaza obtuvo poco antes 65.781 votos, contra los 7.915 de Lizardo García, y los 182 del General Franco. Además de ello, se excluía a los curas párrocos de integrar las Juntas Electorales. Los votos se depositaban en: “urnas de madera, en figura de un cubo de ocho pulgadas, con buenos goznes, una abertura pequeña en la parte superior para introducir por ella la papeleta del votante, y dos llaves (Ley de elecciones 1900)

Por ejemplo, en las elecciones del 6 de febrero de 1902 se convocó al pueblo a elecciones a pesar de que la oposición las declara fraudulentas y por ende nulas, el Gobierno a su vez declaró completamente válidas. (Alfonso Sevilla Flores: las elecciones del 6 de febrero de 1902 administración del Presidente manabita General Leonidas Plaza Gutiérrez)

Gonzalo Córdova Rivera obtiene apenas 507 votos en 1912 y 722 en 1920, y en la subsiguiente elección de 1924 obtiene 173.773 sufragios, votación muy superior a la obtenida por el candidato popular José Ricardo Chiriboga Villagómez 32 años después, en 1956 (115.378 votos), calificado como el candidato de las “mozas”, pues los había, de las “mesas” (Larrea Jijón), de las “masas” (Velasco Ibarra) y el de las “misas” (Alarcón Falconi). 

¿Cómo explicar, sino por el fraude, que José Luis Tamayo en 1920 obtenga 126.845 votos, superiores a los 115.769 de Galo Plaza Lasso como candidato triunfante en 1948. 

Todos los candidatos en 1931 suman 61.234 votos, menores a la mitad de los sufragios de Alfredo Baquerizo Moreno en 1916 y José Luis Tamayo en 1920, que obtuvieron respectivamente 127.303 y 126.945 votos. 

En la elección de 1924 se les fue la mano o se pasaron de tragos, como vulgarmente se dice. Los votos de Gonzalo Córdova Rivera (173.773 votos) superaron a aquellos obtenidos en 1952 por Velasco Ibarra (153.945 votos), por Gonzalo Cordero Crespo en las elecciones de 1960 (172.655 votos) y por Jaime Hurtado, candidato de coalición MPD-FADI en 1988 (152.970 votos). 

Es más, el candidato triunfador de 1924, tiene apenas 6.734 votos menos que todos los candidatos triunfadores juntos en las elecciones de 1931, 1933 y 1940, que eran Neptalí Bonifaz, Velasco Ibarra y Arroyo del Río respectivamente. 

Lizardo García en 1904, con 64.369 votos, supera la votación de Velasco Ibarra en 1933, que obtuvo 51.248 sufragios. Leónidas Plaza Gutiérrez en 1901 obtuvo 65.781 votos y casi supera las votaciones sumadas de Arroyo del Río (43.642 votos) y de Velasco Ibarra (22.601 votos) en 1940. 

Galo Plaza Lasso tiene menos sufragios en 1948 (115.769 votos) que el ganador de las elecciones de 1916. El Partido Conservador, representado por Ruperto Alarcón Falconí (“Rupango Feroche”, padre del ex Presidente Fabián Alarcón), segundo en las elecciones de 1952 (118.397 votos), obtiene menos sufragios que los candidatos oficiales en 1916 y 1920. 

El candidato del Partido Liberal Radical y del Frente Democrático, que agrupó a todas las fuerzas de Centro Izquierda, Dr. Raúl Clemente Huerta (con el binomio José María Plaza Lasso), en 1956 apenas obtiene 1.605 votos más que el candidato liberal 32 años antes. 

Es importante señalar que no se conocen en el Ecuador de magnas epidemias que diezmaron a los electores antes de 1931. Estos sobrepasan los 150 mil hasta tal año y violentamente desde 1931 se reducen a menos de la mitad. Por el contrario, según las estadísticas que consigna el Dr. Enrique Ayala en su Nueva Historia del Ecuador, la población en las principales ciudades de la República se duplicó entre 1920 y 1938. 

De tal forma que, si no hubo epidemias y la población se duplicó, que sucedió. Algo lamentablemente simple: FRAUDE. 

Patricio Quevedo Terán comenta la anécdota del Gobernador que llamaba a Quito preguntando “cuantos votos se necesitan para que gane el candidato”, es un hecho numéricamente demostrado en este análisis. 

Lo que si queda claro es que, con la presencia de Velasco Ibarra en la palestra política ecuatoriana, las cosas cambiaron sustancialmente, pues Velasco paró el fraude organizado por los liberales, si bien las elecciones hasta ahora no tienen la perfección que todos desearíamos, los números –más no siempre los candidatos- nos dicen que el FRAUDE siempre está más alejado en una elección que otra. 

Aunque el pueblo ecuatoriano debería estar ya curado de espanto, como efecto de las superlativas sorpresas en las elecciones del Congreso (léase también Asamblea) y aún en las generales, no puede negarse que lo ocurrido hace décadas atrás, es algo perdido en el tiempo si cabe el término, pues, el FRAUDE, aunque presente en cierto sentido y en poco porcentaje, tiene que ser abolido en su totalidad, claro está, con la anuencia de 

los señores que están al frente de las instituciones rectoras del voto en el Ecuador, pero a la vez, nos queda la duda, cuando aquellos quieren perennizarse en tan altos cargos electorales, como viene ocurriendo en nuestros tiempos. 

Que las sorpresas en este sentido sean cada vez menores, es el pedido a gritos, de quienes tenemos el derecho constitucional a elegir y ser elegidos. 

Brevemente, hay que saber que el Tribunal Supremo Electoral se fundó en 1947, su primer Presidente fue el latacungueño Dr. Benjamín Terán Varea, en Cotopaxi la primera autoridad fue el Dr. Nicolás Augusto Maldonado Toledo. 

Originalmente en el Ecuador las elecciones se realizaban de forma indirecta en una democracia censitaria que a partir de 1869 sería alterado por una democracia directa donde votaban los católicos. 

El sufragio censitario, sufragio restringido o voto censitario fue un sistema electoral vigente en distintos países entre finales del siglo XVIII y el siguiente, basado en la dotación del derecho a voto sólo a la parte de la población que contara con ciertas características (especialmente edad, renta y patrimonio) que le permitiera estar inscrita en un censo electoral. 

El escrutinio quedaría en manos del Congreso Nacional mientras los Municipios generaban el Registro Electoral. Siendo así que no existía una función independiente electoral, sino Asambleas Cantonales Electorales, Asambleas Parroquiales, Juntas Electoras, Juntas de Recepción del Voto, Comisiones de Escrutinios, entre otros; con representación de la Iglesia, de la Función Judicial, de los Cabildos o Concejos Municipales. 

A finales del siglo XIX e inicios del siguiente, Alfaro incluyó en las listas oficiales “hombres liberales independientes, aun conservadores, y hasta permitió en ciertos lugares el triunfo de la oposición, porque no le era posible llevar grandes contingentes de soldados a todas las parroquias para imponer la voluntad del gobierno” (Wilfrido Loor: Eloy Alfaro, 1947, página 587)

Los gobernantes liberales fueron conscientes de la contradicción que se daba con el mantenimiento del sistema electoral. Alfaro intentó ablandarlo, pero las elecciones de 1898 produjeron un Congreso de adversarios. Por allí, Leónidas Plaza intentó hacer una reforma al respecto, habría dicho: “….hemos apartado al clérigo de toda gestión electoral; seamos consecuentes y justos y apartemos también al soldado…..”. Pero no dejó por ello de usar el “voto de las bayonetas”. En realidad, mientras el latifundismo serano y el clero tuvieron control sobre la mayoría del electorado, la única posibilidad de mantenimiento del liberalismo en el poder era el fraude electoral sostenido a palos, este dato lo dice el Dr. Enrique Ayala Mora y pone énfasis en lo que también menciona a su tiempo el gran Manuel J. Calle, que dice: “….supongan ustedes que hubiera libertad de sufragio, ¿Qué resultaría? Que triunfaban los conservadores en toda la línea y en toda la República, por un natural impulso de reacción irresistible, y con el auxilio de curas, cofradías y congregaciones. ¿Y que sería del partido de la luz y sus instituciones con este triunfo? Luego, ¡palo a los curuchupas! El palo no alumbra, precisamente; pero saca chispas, y da lo mismo….”

El mismo Dr. Ayala Mora dice que no quedó otra alternativa que mantener el mecanismo del fraude electoral y con ello la “politización” del Ejército, que terminaba siendo elector, según un documento de los mismos liberales. 

Claro que no se podía controlar todas las juntas electorales, es entonces que muchos conservadores llegaron a ser elegidos, y la lucha tuvo una balanza razonable, por ello, resulta interesante saber que, pese al nivel a veces feroz de agresión verbal, en los procesos mismos de las votaciones se daba poca violencia. Ni aún en las elecciones realizadas cuando la reacción conservadora estaba en armas, se registraron actos de violencia. 

Así estaban los asuntos electorales en tiempo del liberalismo, con singulares coincidencias un siglo después, sin duda, el mundo da las vueltas. 

Finalmente, ¿cómo votaron los cotopaxenses en las elecciones presidenciales desde 1948 a 2017, desde Galo Plaza Lasso hasta Lenin Moreno Garcés?. En este espacio (69 años), se habría presentado un incremento de 179 mil electores por año. En 1948 tuvimos 455.524 votantes, mientras que en 2017 fueron 12.816.698. Veamos entonces, cuales son los candidatos a quienes Cotopaxi les dio la mayoría de escrutinios, sin ser necesariamente los que ganaron la Presidencia de la República. 

Los datos han sido tomados de la edición oficial citada, del Consejo Nacional Electoral “Elecciones Presidenciales del Ecuador 1948 – 2017”; el suscrito completó con los segundos apellidos a los candidatos. 


PROVINCIA DE COTOPAXI 

1948: 11.463 votos válidos, de los cuales el 47,2% de cotopaxenses sufragó por el candidato ganador Galo Plaza Lasso. (El candidato latacungueño Gral. Alberto Enríquez Gallo obtuvo, de los cotopaxenses solamente el 15,7%). 

Otro candidato: Manuel Elicio Flor Torres. 

1952: 14.566 votos válidos, de los cuales el 48,7% de cotopaxenses sufragó por el candidato perdedor Ruperto Alarcón Falconi (Ganó la Presidencia José María Velasco Ibarra). 

Otros candidatos: José Chiriboga Villagómez y Modesto Larrea Jijón. 

1956: 20.766 votos válidos, de los cuales el 50,0% de cotopaxenses sufragó por el candidato ganador Camilo Ponce Enríquez. 

Otros candidatos: Raúl Clemente Huerta Rendón, Carlos Guevara Moreno y José Chiriboga Villagómez. 

1960: 24.576 votos válidos, de los cuales el 51,3% de cotopaxenses sufragó por el candidato ganador José María Velasco Ibarra. 

Otros candidatos: Gonzalo Cordero Crespo, Galo Plaza Lasso y Antonio Parra Velasco. 

1968: 27.550 votos válidos, de los cuales el 40,8% de cotopaxenses sufragó por el candidato perdedor Camilo Ponce Enríquez (Ganó la Presidencia José María Velasco Ibarra). 

Otros candidatos: Andrés F. Córdova Nieto, Camilo Ponce Enríquez, Jorge Crespo Toral y Elías Gallegos-Anda Paredes. 

1978: 37.083 votos válidos, de los cuales el 29,3% de cotopaxenses sufragó por el candidato ganador de la primera vuelta Jaime Roldós Aguilera. En la segunda vuelta, de 38.489 votos válidos, el 66,2% de cotopaxenses votó por el candidato ganador Jaime Roldós Aguilera (Sobre Sixto Durán Ballén). 

Otros candidatos: Raúl Clemente Huerta Rendón, Rodrigo Borja Cevallos, Abdón Calderón Muñoz y René Mauge Mosquera. 

1984: 68.837 votos válidos, de los cuales el 30,0% de cotopaxenses sufragó por el candidato ganador en la primera vuelta Rodrigo Borja Cevallos. En la segunda vuelta, de 82.704 votos válidos, el 52,6% de cotopaxenses votó por el candidato perdedor Rodrigo Borja Cevallos (Ganó la Presidencia León Febres Cordero). 

Otros candidatos: Angel Duarte Valverde, Jaime Hurtado González, Francisco Huerta Montalvo, Jaime Aspiazu Seminario, Julio César Trujillo Vásquez, René Mauge Mosquera y Manuel Salgado Tamayo. 

1988: 81.911 votos válidos, de los cuales el 23,4% de cotopaxenses sufragó por el candidato ganador de la primera vuelta Rodrigo Borja Cevallos. En la segunda vuelta, de 93.903 votos válidos, el 64,5% de cotopaxenses votó por el candidato ganador Rodrigo Borja Cevallos (Sobre Abdalá Bucaram Ortiz). 

Otros candidatos: Sixto Durán-Ballén Cordovez, Frank Vargas Pazzos, Jamil Mahahuad Witt, Angel Duarte Valverde, Jaime Hurtado González, Carlos Julio Emanuele Morán, Miguel Albornoz Ruiz y Guillermo Sotomayor Navas. 

1992: 93.272 votos válidos, de los cuales el 32,4% de cotopaxenses sufragó por el candidato ganador de la primera vuelta Sixto Durán Ballén. En la segunda vuelta, de 95.308 votos válidos, el 75,1% de cotopaxenses votó por el candidato ganador Sixto Durán Ballén (Sobre Jaime Nebot Saadi). 

Otros candidatos: Abdalá Bucaram Ortiz, Raúl Baca Carbo, Frank Vargas Pazzos, León Roldós Aguilera, Fausto Moreno Sánchez, Vladimiro Alvarez Grau, Averroes Bucaram Zaccida, Bolívar Chiriboga Valdiviezo, Gustavo Iturralde Núñez y Bolívar González Arguello. 

1996: 103.490 votos válidos, de los cuales el 32,3% de cotopaxenses sufragó por el candidato ganador de la primera vuelta Freddy Ehlers Zurita. En la segunda vuelta, de 118.472 votos válidos, el 67,7% de cotopaxenses votó por el candidato ganador Abdalá Bucaram Ortiz (Sobre Jaime Nebot Saadi). 

Otros Candidatos: Rodrigo Paz Delgado, Frank Vargas Pazzos, Ricardo Noboa Bejarano, Juan José Castelló León, José Gallardo Román y Jacinto Velásquez Herrera. 

1998: 107.237 votos válidos, de los cuales el 28,2% de cotopaxenses sufragó por el candidato ganador de la primera vuelta Jamil Mahahuad Witt. En la segunda vuelta, de 126.459 votos válidos, el 51,0% de cotopaxenses votó por el candidato perdedor Alvaro Noboa Pontón (Ganó la Presidencia Jamil Mahahuad Witt). 

Otros Candidatos: Rodrigo Borja Cevallos, Freddy Ehlers Zurita, Rosalía Arteaga Serrano y María Eugenia Lima Garzón. 

2002: 131.494 votos válidos, de los cuales el 45,9% de cotopaxenses sufragó por el candidato ganador de la primera vuelta Lucio Gutiérrez Borbúa. En la segunda vuelta, de 157.489 votos válidos, el 79,5% de cotopaxenses votó por el candidato ganador Lucio Gutiérrez Borbúa (Sobre Alvaro Noboa Pontón). 

Otros Candidatos: León Roldós Aguilera, Rodrigo Borja Cevallos, Xavier Neira Menéndez, Jacobo Bucaram Ortiz, Jacinto Velásquez Herrera, Ivonne Juez Abuchacra, César Alarcón Costta, Osvaldo Hurtado Larrea y Carlos Vargas Guatatuca. 

2006: 153.141 votos válidos, de los cuales el 30,6% de cotopaxenses sufragó por el candidato perdedor de la primera vuelta Gilmar Gutiérrez Borbúa. En la segunda vuelta, de 187.050 votos válidos, el 75,4% de cotopaxenses votó por el candidato ganador Rafael Correa Delgado (Sobre Alvaro Noboa Pontón). 

Otros candidatos: León Roldós Aguilera, Cinthya Viteri Jiménez, Luis Macas Ambuludi, Fernando Rosero González, Marco Proaño Maya, Luis Villacís Maldonado, Jaime Damerval Martínez, Marcelo Larrea Cabrera, Lenin Torres Pastor y Carlos Sagñay de la Bastida. 

2009: 197.230 votos válidos, de los cuales el 45,4% de cotopaxenses sufragó por el candidato ganador en primera y única vuelta Rafael Correa Delgado. (Sobre Lucio Gutiérrez Borbúa). 

Otros candidatos: Alvaro Noboa Pontón, Martha Roldós Bucaram, Carlos Sagñay de la Bastida, Melba Jácome Marín, Diego Delgado Jara y Carlos González Albornoz. 

2013: 238.715 votos válidos, de los cuales el 46,3% de cotopaxenses sufragó por el candidato ganador en primera y única vuelta Rafael Correa Delgado (Sobre Guillermo Lasso Mendoza). 

Otros candidatos: Lucio Gutiérrez Borbúa, Mauricio Rodas Espinel, Alvaro Noboa Pontón, Alberto Acosta Espinosa, Norman Wray Reyes y Nelson Zabala Avellán. 

2017: 268.816 votos válidos, de los cuales el 32,6% de cotopaxenses sufragó por el candidato perdedor de la primera vuelta Guillermo Lasso Mendoza. En la segunda vuelta, de 288.608 votos válidos, el 58,9% de cotopaxenses votó por el candidato perdedor Guillermo Lasso Mendoza (Ganó la Presidencia Lenin Moreno Garcés). 

Otros Candidatos: Cynthia Viteri Jiménez, Paco Moncayo Gallegos, Abdalá Bucaram Pulley, Iván Espinel Molina, Patricio Zuqilanda Duque y Washington Pesántez Muñoz. 


Los cotopaxenses, de 16 procesos electorales en 69 años (1948-2017), acertaron en 10 por el candidato ganador. El lector podrá haber advertido, que ex Presidentes de la República, se volvieron a presentar como candidatos: Galo Plaza (1960), Camilo Ponce (1968), Rodrigo Borja (1998 y 2002), Rosalía Arteaga (1998), Osvaldo Hurtado (2002) -los dos últimos, Vicepresidentes que ejercieron la Presidencia por sucesión- y Lucio Gutiérrez (2013). 

Hoy, en 2025 es de esperarse que Cotopaxi, sufrague mayoritariamente por el candidato ganador, pues el Ecuador requiere con urgencia, mejores días, así nos lo permite la democracia y nos exige el buen criterio. 

Gracias por darse el tiempo en leer estas “3311 palabras” de nuestra cultura política. 

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