Eduardo F. Naranjo C.
Hace treinta años China era un país poco conocido para el resto del planeta, hoy se dirige a ser la primera potencia mundial, confirmando la predicción hecha por Toynbee, en su estudio de la Historia sobre el desplazamiento de la hegemonía de Este a Oeste.
El momento toca a China, sucesivamente será India, increíble países con poblaciones gigantescas y grandes masas pobres, pero cultura y tradición milenaria y gente formada para ser altamente productiva y responsable, perfilando su gran peso en el escenario mundial.
Occidente percibía inferiores a los asiáticos, prejuicio de superioridad, los chinos tienen tradición ancestral,conocimientos y filosofía (análisis) aplicada a su accionar, hoy consolidado por su avance económico, científico y tecnológico.
Conocer China permite intuir el potencial de esa nación, hace tres décadas publiqué un artículo desde la visión observadora de periodista en otro diario capitalino, exponiendo lo que venía,señalé el futuro de esa nación que en 25 años logró una transformación de cero a cien.
Intercambiando ideas con colegas de Xinhua entendimos el carácter chino orientado por la filosofía confuciana, que promueve disciplina y tesón en el trabajo, permitiendo a una China de viejo corte imperial, deteriorada al límite y víctima de invasiones extranjeras, retornar y emerger con fuerza hacia el primer puesto, que empieza a ceder sin desearlo el viejo imperio del norte, que al momento tiene dificultades con su economía y un futuro incierto.
Tenemos un tratado de libre comercio con China, es urgente y necesario disponer de gente preparada para diseñar las estrategias a fin de que las relaciones bilaterales alcancen el mayor éxito posible, entender la cultura china para luego negociar cualquier cosa, China creó en varios países del mundo Institutos Confucio destinados a mostrarla y explicarla, hoy avanzan con la “nueva ruta de la seda”, acaban de inaugurar en Perú el puerto de Changan cuya magnitud será mayor a los dos grandes puertos en el Pacífico del norte continental. Los chinos se definen como “un país, dos sistemas”.