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La riqueza de un país es su gente, el paisaje y los bienes minerales, biológicos e hídricos. Los pueblos que norman y utilizan estos bienes naturales correctamente son prósperos, sin embargo, aquí tenemos actitudes extrañas y despreciables, quizá esto nos hace deleznables a la corrupción y al peligro.

El colega y abogado Marcelo Larrea, libra una lucha incansable reclamando la soberanía del país sobre el mar y su archipiélago, que sostiene ha sido perjudicada por gobiernos anteriores que tomaron decisiones equivocadas y altamente lesivas contra el patrimonio del país.

Reclama fehacientemente el error antipatriótico de participar en la Convemar considerándolo de grave riesgo por eso pide “denunciar el acuerdo” que afecta nuestros derechos soberanos sobre gran porción de mar territorial e incluso el archipiélago de Galápagos, lesionado más aún por el acuerdo que en el canciller de Lasso firmó, cuyo texto es una entrega de la bandera.

Larrea hace una amplia explicación, basado en estudios históricos y cita dirigentes como el general Villamil, luego Flores que reclamaron derechos soberanos sobre el mar y las islas y pronunciamientos de García Moreno y Alfaro, quien declaró al país neutral y soberano para evitar la injerencia sobre nuestros territorios de ultramar, evitando formar parte de conflictos ajenos, menciona también otros mandatarios y líderes militares ilustres que sostuvieron esa posición y también Velasco Ibarra, actitudes afirmativas, contrariadas por los gobernantes de este siglo, afectando derechos y soberanía sobre el territorio nacional, su mar y la región insular hoy ocupada por fuerzas extranjeras.

La actitud de Larrea es frontalmente patriótica, no se explica que personas de esta talla no estén en la Asamblea, donde se debe plantear el asunto, pero parece no importar a nadie. Es fundamental consolidar nuestro estatus de nación libre y soberana que pese al tamaño territorial es clave como “punto estratégico”, por eso no claudicar miserablemente, con pretextos antidrogas.

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